sábado, 20 de febrero de 2010

Solo el saber que existes ya hace que te odie. Te odio por cómo me miras, por cómo me hablas, por cómo te preocupas. Te odio por tus ojos, por tu voz, por tu sonrisa, me duele escuchar como te ríes, me duele ver que te acuerdas de mí, que te importo. Te odio porque te has metido en mi mundo y ahora no te puedo sacar, porque antes podía vivir sin tí, porque no necesitaba verte, porque me daba igual dónde estuvieras. Te odio porque me hacés sentir bien y no puedo decírtelo, te odio porque encendés mi corazón y apagás mis palabras. Te odio porque desearía no haberte conocido y porque aún así quiero conocerte mejor, te odio porque por vos lloro, por vos río, por vos siento. Te odio porque sé que no te tengo, porque sé que no me querés, porque sé que me conoces y que sabés lo que por vos siento. Por eso te odio, porque lo sabés y no haces nada. Te odio porque no puedo decirte lo que ya sabés: que te odio porque te quiero.

No hay comentarios: